lunes, 10 de octubre de 2011

Necesito comprender el mundo, por Javier Tamarit.


Hace escasamente un par de años, estábamos un equipo de personas en FEAPS diseñando acciones de formación para profesionales, familiares y personas con discapacidad intelectual o del desarrollo sobre temas tales como autodeterminación, planificación centrada en la persona, derechos…
En el equipo de trabajo proponíamos ideas nuevas para la formación y uno de nuestros compañeros, un hombre joven con discapacidad intelectual, comentó: “estaría bien dar un curso dirigido a personas con discapacidad intelectual para ayudarnos a comprender el mundo”. Y venía a referirse a todo lo que pasa en el mundo en que vivimos, algo así como un curso para entender lo que ocurre (las alianzas o tensiones entre países, los planteamientos políticos, las actividades sociales y culturales, las guerras, la economía…) La idea, aunque aún no realizada, nos pareció magnífica a todo el equipo, en el que también estaban personas muy relevantes del ámbito de la comunicación.
Hoy esta idea se me hace aún más esencial, más clave. Estamos en crisis, un brutal y continuo terremoto de la economía, pero también de aspectos más sutiles, como valores, modos de entender la vida y peligrosamente rondando el campo de los derechos y el anhelo colectivo de una humanidad mejor, más justa y solidaria.
En las organizaciones sociales como FEAPS estamos actuando ante la situación, con mejor o peor suerte, intentando encontrar claves para afrontarla y para no ceder en nuestro avance en los derechos de las personas. Pero creo que hay algo que se nos escapa: ¿en qué estamos colaborando, qué estamos haciendo, para que las propias personas con discapacidad intelectual o del desarrollo tengan las claves necesarias que les ayuden a comprender este mundo de hoy, esta crisis y sus consecuencias? ¿No estaremos, sin quererlo, repitiendo esquemas del ‘despotismo ilustrado’ (“Todo para ellos pero sin ellos?) ¿Estamos reconociendo su derecho a la información contrastada y crítica, de forma que alimente su empoderamiento, su capacidad propia de respuesta, de acción ante todo esto?
Tenemos una responsabilidad moral, yo al menos siento una responsabilidad moral. Estamos urgidos, desde el compromiso ético que preconizamos, a comunicar a las personas con discapacidad intelectual o del desarrollo el estado de la situación. Eso les dará más oportunidad de ser protagonistas, agentes activos, en su respuesta a todo lo que ocurre. Y nosotros estaremos allí para, si lo demandan, acompañarles y ayudarles en su decisión.
Porque no nos engañemos, esta crisis en nuestro sector no es algo que afecte a los profesionales o los servicios, que también. En esta crisis lo crítico, la crudeza de lo que estamos viviendo y vamos a vivir, es que ya impacta directamente en cada persona. Impacta, e impactará más aún si no se cambian las cosas, contra la esperanza y el avance en la construcción de su ciudadanía plena y contra la construcción de una sociedad más justa y solidaria. Cada persona tiene el derecho a comprender este mundo, así podrá fabricar una llave para abrir caminos para luchar por construir un futuro mejor.
¿A qué esperamos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario